Este libro aborda entre otros relevantes aspectos, el de la ética, y por ende de la responsabilidad de las personas; facilita entender los comportamientos de alto riesgo y la regulación emocional.
Nos detendremos en las respuestas autoagresivas de niños y jóvenes inducidos o influenciados por situaciones de interacción social.
Claro que en el ámbito infanto-juvenil se detallan factores protectores y se deconstruyen tópicos como los que afirman que todos los suicidios son consecuencia de un trastorno psicológico preexistente.
Los autores de este texto son coincidentes, en que las conductas complejas, como el suicidio, no responden a atribuciones simples, hablamos de hechos multifactoriales.
Sí, también se señala con reiteración la profunda desesperanza, la percepción de la muerte como única salida.
La última etapa de la vida, concentra el mayor porcentaje de muertes, y ello por el aislamiento social, por enfermedades asociadas a la edad particularmente las neurodegenerativas e incapacitantes, y no olvidemos el progresivo envejecimiento de la población en países como el nuestro, España.
Otro aspecto abordado es el de los denominados supervivientes, que se refiere a los familiares, que sufren problemas severos, dados los terribles sentimientos.
Al respecto tenemos la aportación de un padre que nos escribe de su realidad tras el suicidio de su hija, y lo hace con el sentimiento y la razón de un hombre al que ya en esta introducción me permito explicar que admiro.
Por último, el tema de los medios de comunicación y la forma de informar responsablemente también es tratado.
No olvidemos que quien se suicida es uno de nosotros, y que quizás un día seamos víctimas de un sufrimiento que nos lleve a una conducta que acabe con nuestra propia vida.
Javier Urra
Académico de Número de la Academia de Psicología de España