Todas las claves para expresarse y escribir mejor
Un libro práctico, riguroso y divertida sobre los buenos y malos usos del lenguaje
Nueva edición revisada y ampliada
¿Son los sinónimos la panacea del buen estilo? Tratando de lograr cierta intensidad ¿no caemos en ocasiones en la redundancia? ¿El miedo a las palabras «vulgares» nos condena a una cómica pretensión de estilo «elevado»?
Es indudable que a la hora de expresarnos formalmente todos procuramos hacerlo bien, y que tenemos en la cabeza una serie de consignas sobre qué significa eso. Estilo rico, estilo pobre —publicado originalmente en 2015 y que ahora se presenta en una edición revisada y ampliada— plantea hasta qué punto están bien encaminadas tales consignas. No se trata del típico manual de estilo que indica si infanta se escribe con mayúscula o minúscula, si el gentilicio de París es parisino o parisién, o si guion va con o sin tilde, sino que propone una serie de observaciones útiles, divertidas y razonadas para invitarnos a pensar un poco en la lengua. Muchas de ellas están basadas en numerosos ejemplos de textos literarios y periodísticos, pero otras están tomadas de la vida cotidiana, es decir, no son obra de profesionales.
El autor, Luis Magrinyà, actúa en este libro como un observador de la lengua: recomienda evitar usos cansinos, perezosos e irreflexivos, y señala también las tentaciones que acechan en el camino de la prosa «elegante y bonita». Su propósito principal es tranquilizador: ofrecer indicios de que a menudo el estilo no tiene por qué estar donde nos han dicho, y animarnos a que nos liberemos de aquellos prejuicios, muchas veces inconscientes, que limitan nuestra disposición a la hora de expresarnos y escribir bien.
La crítica ha dicho:
«Ofrece una lección de estilo y de léxico para quienes tienen la escritura como oficio o vocación».
Álex Grijelmo, El País
«Un "dardo en la palabra" underground».
Europa Press
«Inteligente y travieso, lleno de observaciones perspicaces y de soluciones para problemas comunes [...], Estilo rico, estilo pobre es valioso para escritores, periodistas, traductores, editores y también para cualquiera que se preocupe por la precisión, la claridad y la elegancia del lenguaje».
Daniel Gascón, Revista de Libros
«Un texto que nos ayuda a no caer en la pedantería».
Paula Corroto, elDiario.es
«Su texto es más bien lúdico y prescinde de la severidad de los doctrinos y de los togados, a la que es muy propenso el juicio sobre el idioma en estos pagos. No hay nada de eso en el libro, muy entretenido y rebosante de ejemplos, por otra parte».
Alejandro Gándara, blog El Escorpión