Si te gusta la música pero no entiendes de sonido, si pides silencio pero algo siempre sigue sonando y si aún no sabes porqué la pregunta “¿Qué música pongo?” está muy pero muy mal formulada, entonces este libro es para ti.
No apto vanguardista, "pionieristas" o como "-istas" quieras llamarlos.
APTO Gente de teatro y artes escénicas.
Muy rápidamente, te cuento algunas cosa que aprenderás en este libro:
• La diferencia entre escuchar musiquitas e imaginar paisajes que transcurren en el tiempo.
• De qué manera y porqué la música puede ser la clave para expresar el silencio.
• La solución común a tres problemas aparentemente distintos: destapar una botella sin sacacorchos, elegir la tipografía para un cartel y trabajar la música para una escena.
• Cómo evitar ruidos molestos sin tener que pedirle “otra” pista al músico, que de lunes a viernes trabaja y los fines de semanas ensaya con su banda (basado en la historia real de un director que “solo” quería que su obra saliera bien).
• Cómo cambiará tu percepción sonora cuando comprendas la simple diferencia que hay entre lo complicado y lo complejo (apuntarás la fecha porque será como nacer de vuelta).
• Porqué las recetas son métodos pero no todos los métodos son recetas. Y cómo NO entender esto puede hacerte tomar pésimas decisiones.
• Los dos enemigos más temibles que logran que tu método de trabajo sea realmente INEFICAZ.
• Cómo transformar un impedimento técnico en una propuesta estética.
• Riesgos y peligros de musicalizar por hobby, costumbre o capricho (dedicado a todos los que no tocan ningún instrumento musical y dicen que tocan las percusiones, un poco)
• Porqué IKEA, después de gastar millones en publicitar una línea de sofás, los retiró del mercado, y porqué esta lección es tan importante para todo profesional (TODO).
• Porqué, a veces, no es necesario amplificar un sonido para escucharlo mejor, sino que con solo “verlo” mejor es suficiente.
• Cómo generar tensión sonora evitando la incomprensibilidad de la música contemporánea y las neurosis de los vanguardistas. (Soluciones 100% naturales y sin T.A.C.).
• Adivina adivinador: ¿Qué palabra se arrepintió mucho de usar en sus obras un premio Nobel de literatura, que vuelve inquietos a los actores, perturba la imaginación de los directores y hace componer chorradas a los músicos?
• El error infantil que destroza tus puestas en escenas y que no te hace entender porque la música que te gusta en tu vida no necesariamente es la música idónea para tu espectáculo.
• Saber detectar el momento exacto a partir del cual el público puede perder la paciencia y empezar a odiarte, aunque tu espectáculo sea «bello» (a partir de un hecho real que me ocurrió en el baño de un aeropuerto internacional).
• La importancia de saber discernir entre lo que pide un director, actor o productor, y lo que realmente necesita.
• ¿Qué tenían en común un hombre del Paleolítico, Moisés, Nefertiti, Safo, Platón, Julio Cesar, Cleopatra, los 12 apóstoles, Dante, Marlowe, Luis XIV y Mahoma?
Y unas cuantas más.