Finalist at the 2011 and 2014 International Latino Book Awards. Cocorina has a big heart, but she’s a bit clumsy and forgetful... A delightful tale told in rhyme, ideal for learning to accept the faults of those around us and to ignore gossip.
Cocorina had a big heart, but she was clumsy and forgetful too. She always had a thousand things in mind, so imagine when she gave birth to three chicks!
Sometimes, her children ended up finding themselves in complicated situations due to the occasional distractions from their mother. In the farmyard, the other hens gossiped and insinuated Cocorina wasn’t a good mother to her children, and the rumor started to spread... Suddenly the rumor had already arrived to the city and soon to the most remote part of the world. Everyone said that Cocorina did not treat her children well.
Although not everything was going as Cocorina would have liked, she did not stop striving for the welfare of her three beloved children. But being a good mother was not an easy task: more than once did Cocorina mess up, but she never gave up and, right after apologizing to her three little ones, she hugged them and showed them that she loved them very much.
And the rumors didn’t matter, because the three chicks were clear that their mother was unique and that they would not change her for anything in the world.
Finalista en los International Latino Book Awards 2011 y 2014. La gallina Cocorina tiene un gran corazón, pero es un poco torpe y olvidadiza... Un cuento lleno de emoción escrito en verso que nos enseña que nadie es perfecto.
Cocorina era una gallina muy simpática y cariñosa, pero también algo despistada y torpe. El hecho de ser mamá de tres pollitos no ayudaba demasiado: ¡Cocorina andaba de aquí para allá con mil cosas a la cabeza!
Sus pollitos en más de una ocasión acababan encontrándose en situaciones complicadas debido a algún que otro despiste de su mamá. Las gallinas empezaron a criticar a Cocorina por no ser una buena madre, y, de pronto, el rumor ya había circulado por la ciudad hasta llegar al lugar más remoto del mundo: todos decían que Cocorina no trataba bien a sus hijos.
Si bien no todo iba como a Cocorina le hubiese gustado, ella no dejaba de esforzarse por el bienestar de sus tres queridos hijos. Pero ser una buena mamá no era tarea fácil: más de una vez Cocorina metió la pata, pero ella no se rendía nunca y, pidiendo perdón a sus tres pequeños, los abrazaba y les demostraba que los quería muchísimo.
Y nada importaron los rumores, porque los tres pollitos tenían claro que su mamá era única y que no la cambiarían por nada en el mundo.